El cuento se narra en el bosque o jardín, con todos los niños y demás familia alrededor del narrador. Si el grupo con el que vas a trabajar es muy grande, puedes, antes de empezar, colgar tiras de tela de un árbol a otro, haciendo un círculo en el que trabajar. Si sois pocos, no hace falta.
Si tienes un tambor o algo que puedas usar para acompañarte, úsalo mientras lees la siguiente poesía:
EN ESTE BOSQUE HAY UN SECRETO
¡TE LO CUENTO SI TE ESTÁS QUIETO!
AUNQUE MEJOR LO ADIVINAS,
MIENTRAS LEO LA POESÍA.
NIÑAS Y NIÑOS,
¡LOS ADULTOS TAMBIÉN!
ACERCAROS TODOS JUNTOS
Y ESCUCHADME BIEN.
PARA SABER EL SECRETO
HAY QUE PRESTAR ATENCIÓN,
ABRIR MUCHO LOS OJOS
Y ESCUCHAR CON EL CORAZÓN.
Se habla bajito, contando un gran secreto
NO SE SI OS HAN CONTADO
QUE EL BOSQUE ENTERO NOS ESCUCHA.
LAS ROCAS NOS ESTÁN MIRANDO
Y LOS ÁRBOLES NOS SALUDAN.
AHORA VAMOS A DESCUBRIR
¡CÓMO HABLAR CON LAS PLANTAS!
TAMBIÉN CON LAS PIEDRAS O EL SUELO.
Y SI QUIERES… ¡SIN USAR LA GARGANTA!
¡ESE ES EL SECRETO QUE NOS AGUARDA!
QUE CADA UNO OBSERVE CON ATENCIÓN,
A TODOS ESTOS ÁRBOLES QUE NOS MIRAN.
O A ESTAS PIEDRAS, FLORES U HORMIGAS.
¡ES HORA DE EMPEZAR LA EXPEDICIÓN!
¡VE A BUSCAR UN COMPAÑERO!
EL ÁRBOL, LA HOJA, LA PIEDRA,
O LO QUE ENCUENTRES PRIMERO.
¡VAMOS A VER QUÉ NOS CUENTA!
Animamos a los niños y adultos a que se pongan a buscar alguna planta u otro elemento del paisaje que les atraiga
ASÍ QUE, ¡ADELANTE! ¡TODOS EN ACCIÓN!
VAMOS A MIRAR CON ATENCIÓN
Y A ESCUCHAR A LA NATURALEZA.
SI ESTAMOS ATENTOS ¡TODO EL BOSQUE SUENA!
Nos ponemos a buscar, mirando con atención alguna piedra, a los árboles cercanos, hasta que encontremos lo que queramos escuchar. Nos fijamos que todos los niños y adultos hayan encontrado su sitio.
¿YA HABÉIS ENCONTRADO A VUESTRO AMIGO?
¡BIEN! NOS PONEMOS A SU LADO
¡CERRAMOS LOS OJOS Y ABRIMOS LOS OÍDOS!
PORQUE VAMOS A ESCUCHARLO.
¿QUÉ OÍS? ¿ESCUCHÁIS ALGO? (esperar a que contesten)
YO OIGO PÁJAROS Y EL VIENTO.
¿PODÉIS OÍR A VUESTRA AMIGA O AMIGO?
¡QUIZÁS OS CUENTE UN CUENTO!
¡SEGUIMOS CON LOS OJOS CERRADOS!
AHORA VAMOS A ABRIR LA NARIZ
Y OLER A NUESTRO AMIGO.
¿A QUÉ HUELE? ¡EL MÍO HUELE A PINO!
Espera a que contesten.
¡SEGUIMOS CON LOS OJOS CERRADOS!
PORQUE AHORA VAMOS A TOCARLO.
VAMOS A ACARICIARLO
Y A SENTIRLO CON LAS MANOS.
¿A QUIEN OS RECUERDA AL TOCARLO?
A MI, MI PINO ME RECUERDA UN ÁRBOL.
SU PIEL… ¡ME PARECE TAN DIFERENTE!
Y LO SIENTO FUERTE Y PACIENTE.
YO LE VOY A DAR LAS GRACIAS A MI PINO
POR SER TAN BUEN AMIGO CONMIGO.
ESPERO QUE OTRO DÍA
ME CUENTE MÁS DE SU VIDA.
Nos despedimos en voz alta, para que el resto hago lo mismo. Esperamos a que todos se despidan de su nuevo amigo.
En medio de la poesía podéis pararos y estar en silencio todo el tiempo que creáis conveniente. Hay personas que pueden estar mucho tiempo escuchando y otras que en seguida se mueven nerviosos.
Después de leer la poesía les podéis preguntar si han escuchado hablar a algún árbol (como en el cuento), o si el viento les ha susurrado algo al oído. Después anímalos para que le hagan algún regalo a su nuevo amigo. Un dibujo hecho con piedras y hojas secas, por ejemplo.
Deja una respuesta